Antes de comenzar a mencionarte los síntomas del glaucoma, debes tener claro que esta enfermedad se debe a un daño en el nervio óptico del ojo. Esta se produce por lo general cuando se acumula fluido en la parte delantera del ojo y dicho exceso de fluido aumenta la presión en el ojo y daña el nervio óptico.
El fluido se drena a través de un área llamada ángulo de drenaje y este proceso es el que mantiene la presión en el ojo estable. Sin embargo, cuando el ángulo de drenaje no está funcionando correctamente, el fluido se acumula y la presión interior del ojo aumenta dañando el nervio óptico.
Síntomas del glaucoma agudo
El glaucoma de ángulo cerrado o glaucoma agudo, se manifiesta con síntomas muy claros a diferencia del glaucoma de ángulo abierto:
- Enrojecimiento constante en los ojos.
- Cambios visuales: visión borrosa con percepción de halos en torno a las fuentes lumínicas.
- Incomodidad y dolor en los ojos: en algunos casos puede causar cefaleas agudas que se extienden hacia la nuca y que pueden llegar a afectar al trigémino.
- Náuseas y vómitos: se produce especialmente cuando la elevación de la presión intraocular es muy intensa.
- Decoloración del iris.
- Endurecimiento de la córnea.
- Pupila dilatada.
Síntomas del glaucoma de ángulo abierto
En este caso, el glaucoma no presenta signos obvios de alerta durante las primeras etapas, por eso aquellos que lo tienen en su mayoría, no se dan cuenta que lo tienen sino hasta que el daño ya es crónico, sin embargo, a medida que la enfermedad aumenta se presentan algunas señales que debes tener en cuenta:
- Puntos ciegos en la visión periférica (lateral).
- Pérdida del campo visual inferior
- Algunos pacientes manifiestan que tienden a saltear palabras cuando leen o tener problemas para conducir al inicio de la enfermedad.
Debido a lo poco frecuente que se manifiestan estos síntomas del glaucoma de ángulo abierto, se le llama «ladrón silencioso de la visión».
